Se deben tener muy claras las obligaciones de la empresa con los trabajadores ya que, en caso de no hacerlo y recibir una Inspección de Trabajo, la entidad puede recibir sanciones que podrían superar los 800.000€.
Y es que en la empresa recae la responsabilidad de tomar ciertas medidas ante determinadas eventualidades. La idea es encontrar un equilibrio entre el derecho de los trabajadores en relación a su privacidad y conseguir que estén seguros al mismo tiempo.
Por ejemplo, en el caso de que un trabajador notifique un día que se ha hecho una PCR y esta ha dado positivo en COVID-19, esta es una situación extraordinaria que podría poner en peligro a toda la plantilla. Por ello, debe seguir un procedimiento específico.
- El primer paso debe ser comunicar la baja a la Seguridad Social. Esto se puede hacer a través de una asesoría laboral si se tiene dudas sobre los trámites.
- En el caso de que el empleado sea asintomático tampoco puede acceder a las instalaciones de la empresa, ya que podría contagiar a toda la plantilla.
- Si la empresa se entera de que el trabajador no ha informado a las autoridades competentes sobre el positivo, tomará las medidas adecuadas para asegurarse de que el infectado lo hace.
- También se debe proceder a reforzar todas las medidas de seguridad y de prevención en la empresa, lo que incluiría limpieza y desinfección de los diferentes elementos y superficies del centro de trabajo.
- Además, además del rastreo que harán en Sanidad, en la empresa también se debe llevar a cabo un rastreo interno para saber que empleados, clientes, proveedores u otras partes han tenido contacto con el infectado.
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